Calisto entra en la huerta de Pleberio, el padre de Melibea, persiguiendo un halcón. Allí ve por primera vez a Melibea. La joven lo rechaza, por lo que él, siguiendo los consejos de uno de sus sirvientes, le pide a Celestina que intervenga. Celestina – vieja astuta, que suele vender sus servicios como mediadora – se hace pasar por una vendedora de hilos, telas, perfumes y aceites, para acercarse a Melibea. La Celestina consigue que Melibea se enamore de Calisto.
Calisto le paga a la Celestina. Por las ganancias, los criados discuten con la vieja y la asesinan. Por este hecho, ambos van presos y son ajusticiados. Al final de la obra, Calisto muere al caer accidentalmente de un muro y Melibea, en su desesperación, decide suicidarse tirándose de una torre.
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